Lo concreto es que hoy el gobierno municipal está gastando bastante más de lo que recauda, y que su único objetivo económico inmediato es reunir el dinero necesario para pagar los sueldos de noviembre y diciembre, junto con el medio aguinaldo. Proveedores, programas, subsidios y otros pagos deberán esperar.

¿Está la economía municipal “crocante”? La pregunta comenzó a circular con fuerza en los últimos días, luego de una sesión cargada de tensión en el Honorable Concejo Deliberante, donde el bloque de Unión por la Patria solicitó la presencia del secretario de Hacienda, Sergio Tressens, para brindar detalles sobre el estado financiero del Municipio. La propuesta fue rechazada por el oficialismo radical que responde al intendente Román Bouvier.
El concejal Ramiro Baguear explicó que el pedido buscaba conocer “la realidad económica del Municipio, en un contexto delicado y con un pasivo que se habría cuadruplicado respecto al ejercicio anterior”. Según Baguear, “sabemos que el déficit ronda los 700 millones de pesos y que la situación al cierre de octubre es muy compleja”.
El edil sostuvo que la administración municipal enfrenta cesanteo en pagos a proveedores, cortes de servicios y una marcada falta de liquidez, lo que genera preocupación entre los trabajadores municipales por el pago de salarios y aguinaldos de fin de año. Además, remarcó que Tressens “ya había sido convocado dos veces y nunca asistió”, motivo por el cual se impulsó el pedido de interpelación.
“Esta decisión del oficialismo es inentendible —afirmó Baguear—, porque lo único que pedíamos era que el secretario viniera a dar explicaciones, algo que debe hacer no solo ante el Concejo sino ante todos los rojenses. Hay empleados preocupados por el cobro del aguinaldo y por cómo se está manejando el presupuesto municipal”, agregó.
La sesión, que se extendió por varias horas, dejó al descubierto el clima de tensión política tras las elecciones recientes, donde el radicalismo logró un triunfo ajustado, sin una lista peronista competitiva. Sin embargo, los rumores de desmanejo económico y falta de previsión financiera comienzan a empañar el escenario poselectoral.
Desde la oposición advirtieron que continuarán insistiendo para que el Ejecutivo municipal rinda cuentas claras. Mientras tanto, el interrogante se instala con fuerza en la opinión pública: ¿la economía municipal está en crisis? Por lo pronto, es un secreto a voces que el gobierno local gasta mucho más de lo que ingresa, en medio de una fuerte caída de la recaudación por la merma en la actividad económica y la baja en la coparticipación provincial.
En las últimas horas, el concejal Ramiro Baguear dio a conocer nuevos datos del panorama financiero y fue contundente:
“El pasivo municipal asciende a casi $3.600 millones, según los números oficiales presentados por la propia gestión de Bouvier. Estos valores son más que preocupantes y reflejan el rojo rojo que arrastra el municipio”.
Los documentos contables muestran un resultado financiero negativo de $2.398.546.970,61 y un pasivo total de $3.582.745.492,24, lo que confirma un deterioro profundo en las cuentas públicas. Baguear agregó:
“En la última sesión del HCD pedimos la interpelación del Secretario de Hacienda para que dé explicaciones a todos los rojenses acerca de la situación financiera municipal, pero los concejales oficialistas lo rechazaron y dejaron al pueblo sin respuestas. Comenzó el naufragio de un gobierno que va de nuca al futuro y nos va a llevar a todos puestos”.
Con las cifras a la vista, la situación económica de Rojas deja de ser un rumor para transformarse en una realidad documentada: las cuentas no cierran, el déficit se agranda y la incertidumbre crece.